¿Conoces el resentimiento después de tronar?

Escrito por: Tere Díaz

Tiempo de lectura: 5 minutos

 

El final de una relación amorosa nunca es un paso fácil. Cuando eres tú quien recibe la noticia de que se acabó, muy probablemente considerarás que tu dolor emocional es más grande, que el dolor de quien terminó la relación. También  te va a costar trabajo “soltar” la relación y manejar el enojo que te genera la experiencia de abandono e impotencia.

 

Aquí te doy algunos puntos de reflexión que facilitarán tu fortalecimiento emocional ante esta situación:

 

  1. Reconoce y valora tu fuerza interior para enfrentar al sentimiento de vulnerabilidad. Conocer tus fortalezas y darles su justa importancia es un primer paso para dejar atrás la sensación de debilidad.
  2. La experiencia de abandono magnifica tus sentimientos de inseguridad, esto no es vergonzoso, es simplemente humano. Enlistar las virtudes por las que las personas te tienen en su vida es básico. No olvides que tus defectos no son muy diferentes a los de los otros.
  3. Rodéate de otras personas que te acepten y te apoyen. Tienes algo especial que ofrecer a los demás, pero para recuperar tu seguridad tendrás que explorar relaciones que te permitan ejercitar tus recursos y capacidades.
  4. La experiencia de rechazo puede volverte muy introspectivo. Encontrarás algunas explicaciones pero no agotarás tu necesidad de entender. Recuerda que las parejas a veces se disuelven y esto, aunque pueda parecer duro, es algo que se ha tornado en natural.
  5. Pregúntate: “¿qué es lo que realmente he perdido?”, “¿sabía que eso era tan importante para mí?”. Si no tenías conocimiento de ello ¿por qué no lo habías notado? En ocasiones, el dolor (el rencor y la frustración) de ver terminada una relación no nos permite colocar en justa medida aquello que estamos perdiendo.
  6. Vive tu tristeza, conócela, permítele surgir y, de cierto modo, agotarse. Esto no significa que pases años lamentándote, invierte el tiempo adecuado al dolor para a continuación decir “muy bien, a lo que sigue”.

 

Un “buen” terminado se hace cargo de su dolor, lo trabaja y lo atraviesa. Toma conciencia y responsabilidad por la parte que le corresponde en el deterioro de la relación y acepta su situación buscando puertas constructivas de salida.

Los terminados “malos” son aquellos que culpan al otro de todo lo que les ocurre, lo chantajean y lo controlan con su dolor. En muchas ocasiones, no tuvieron el valor ni la fuerza para tomar el papel de terminador.

 

Cualquiera que sea tu posición en la separación, vivenciarla y aceptarla te permitirá  escalar la montaña de la recuperación con más rapidez: responsabilízate de lo que estás viviendo, y adquiere con ello agencia personal.

 

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