Entre la felicidad y el malestar

Hablemos de lo que hay entre la felicidad y el malestar

Escrito por: Tere Díaz

Tiempo de lectura: 4 minutos

 

Por todos lados nos bombardean constantemente con la idea de que el propósito único y específico de existir es ser felices, pero ¿podemos definir exactamente qué es la felicidad? Parece que no: cada quien la piensa de manera diferente. Aspirar a ella todo el tiempo es algo que está fuera de la realidad y suena estresante ¿no? Es natural anhelar que en la vida tengamos bienestar y satisfacción, pero dadas las condiciones actuales, también es común no ver con claridad esta meta.

 

Y aquí es donde entra un tema controversial: el de normalizar el malestar. Es fácil estancarnos en los pensamientos, sentimientos y acciones que nos hacen sentir mal, pero al malestar hay que detectarlo, entenderlo sin juicios y obtener el mensaje que nos quiere dar sobre nosotros o sobre nuestras creencias.

Es normal sentirse abrumada/o, aburrida/o, estresada/o, con miedo, no encontrarle sentido a las cosas; todos estas experiencias humanas dan cuenta de lo que hemos vivido y de lo que estamos viviendo. Pero ¿cuántas veces nos sentimos rebasados y nos hemos negado a ir a terapia porque pensamos que “es para locos”? Este prejuicio impide que muchas personas acepten que necesitan ayuda para cargar el peso de lo que las acongoja, entender lo que les aqueja y pedir apoyo a los especilistas que se han entredado para acompañar.

Pelota roja con cara feliz en el agua

Dejemos de IDEALIZAR la felicidad y pongamos MANOS A LA OBRA al malestar.

La felicidad no es algo total y absoluto, y considerarla así solo nos impide alcanzarla; lo mejor que podemos hacer es pensarla como cosas concretas, situaciones, personas, momentos por vivir. No podemos aspirar a tener una vida llena únicamente de buenos momentos, sería una mentalidad infantil y alejada de la realidad. Pero de ahí a vivir devorados por la ansiedad y el miedo, el enojo o la depresión, tampoco es una sana realidad.

 

La felicidad se construye día a día con nuestras acciones concretas, ya que al final, nosotros tenemos bastate ingerencia en la comprensión de nuestros penares y en la conquista de nuestro bienestar.
¡Hay que aplicarnos para ser suficientemente felices! ¿Te animas?

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