Cierra ciclos sin cerrar tu corazón

Mucho se habla de dar carpetazo y salida a las situaciones, cierta ciclos sin cerrar tu corazón.

 

Escrito por Tere Díaz

Tiempo de Lectura: 5 minutos

El cambio, la pérdida de algo querido como un empleo, una casa o incluso un rompimiento amoroso, incluyen dos grandes penas: el dolor que sentimos por todo lo que había y no hay; es decir, por todo lo que terminó, y el que sentimos por todo lo que no termina, esto es, por no poder desprendernos de algunas cosas, de algunos recuerdos, de algunas historias y aventuras compartidas, de varias responsabilidades generadas.

El dolor nos obliga a darnos cuenta de que no todo termina tan rápido, ni tan fácilmente, que detrás de un final hay todavía demasiadas cosas por las cuales responsabilizarse, demasiadas vivencias por acomodar en su sitio, demasiados vínculos por redefinir, demasiadas experiencias por capitalizar, demasiados estímulos por procesar, demasiadas ausencias por superar…

En muchas ocasiones y circunstancias experimentamos no sólo la ausencia o la incertidumbre del cambio, lo que está por venir, sino mucho más: la experiencia de la presencia de lo ausente; esto es el dolor de lo que está y no sólo de lo que falta. Los vínculos no finalizan, se transforman; podemos terminar alguna relación amorosa, laboral o familiar, pero no se puede extirpar el vínculo.

Cierra ciclos sin cerrar tu corazón

Si alguna vez estuvimos unidos a alguien (o a algo), parte del otro, de una forma u otra, ha quedado en nosotros, por eso el vínculo sigue en nuestra alma, más allá de la lejanía del otro. Es necesario entonces que el lugar que ocupa sea lo más amoroso posible, un lugar de paz. Esto no significa rehacer la relación o recrear una situación, sino acomodar pacíficamente la experiencia en el corazón.

 

Mira en retrospectiva

Echa un vistazo hacia atrás y reconoce el proceso: ¿qué es lo que más disfrutaste? ¿Qué fue lo que más te interesó? ¿Qué etapa te pareció más difícil? ¿Cuál la más dolorosa? ¿Puedes identificar cuántos cambios han ocurrido en ti en las últimas semanas o meses? ¿Sientes que lograste un avance emocional? ¿Cómo te sientes respecto de la transformación que has vivido? ¡Has trabajado duro! Dejar atrás una relación, decir adios a un empleo, lugar de residencia o simplemente iniciar una nueva etapa de vida es quizá más difícil de lo que pensabas; por eso mucha gente se da por vencida antes de terminar el proceso de recuperación. Lo que implica este recorrido sólo lo perciben los pocos que logran transitar todo el camino para cerrar el ciclo y dar paso a uno nuevo. 

 

Transitar el camino 

Acercándote al final del trayecto podrás ver que nada garantiza la felicidad total; sin embargo, recorrer el camino de la recuperación  te brindará la posibilidad de sentirte mejor contigo mismo, de encontrar mayor paz estando solo, de descubrir opciones de vida estimulantes y de reconocer recursos propios para llevarlas a cabo. También pensamos que vivir este proceso te dispone a abrir la posibilidad de generar encuentros significativos con otras personas: amistosos, eróticos y amorosos. El camino completo para cerrar eso que llamamos “ciclos” para Volver a empezar en la ruta que decidas caminar lo realiza poca gente, no todos llegan al final.

Recuerda que de los costos de crecer es hacerse selectivo y gustar de menos cosas, de menos relaciones, aunque de mejor calidad. Esta selectividad te permitirá disfrutar más de la profundidad y significado de tus decisiones, de tus encuentros y por supuesto de los ciclos de vida que decidas comenzar.

Cierra ciclos sin cerrar tu corazón

Miedo a la incertidumbre 

Puedes también desanimarte un poco cuando sientas que regresan los viejos patrones que creías haber vencido, y que no cambiaste tanto como lo imaginabas. Quizá retorne el temor al futuro, a lo que está por venir. Todo esto es normal. Recuerda el miedo que sentías cuando iniciaste el camino, tal vez te paraliza, tal vez te hacía reaccionar de modo poco constructivo para ti y para los demás.

Ninguno de estos “tropezones” ha de impedirte reconocer los pasos que has dado, porque en pocas situaciones de la vida es tan clara la experiencia de proceso como en el momento de vivir un duelo por el vínculo con eso o aquello que queríamos, pero que por la razón que sea, debemos dejar atrás. Esto no significa que hayas olvidado los costos de la decisión tomada ni despreciado lo que ya no está, sino que tengas conciencia de lo que dejó en ti ese pasado y agradezcas a la vida haberlo vivido el tiempo que duró.

 

Cerrando ciclos 

Sin duda el paso del tiempo puede llevarte a sentir nostalgia, esto es señal de tu avance, pues significa que ya te estás capacitado para reconocer los costos de iniciar un nuevo ciclo… Si vuelve a acosarte la culpa o la sensación de rechazo, visualiza cómo estabas antes de decidir dejar ir esa relación o situación y constata que no quieres volver a ese lugar; no volverás a atravesar el arduo camino transitado. Es momento de echar a andar lo que quieres realmente: dejar de vivir en el pasado para disfrutar el presente y planear el futuro. Hoy es momento de ir cerrando círculos, para abrir nuevas puertas y, ahora sí, dar la bienvenida a lo que está por venir….

 

Cierra ciclos sin cerrar tu corazón

 

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