En esta serie de 2 partes te compartiré red flags que pueden ser señales de alerta al empezar a salir.
Escrito por: Tere Díaz
Tiempo de lectura: 5 minutos
Entonces, antes de iniciar una relación “con el pie izquierdo” omitiendo en nuestro “volamiento amoroso” información que deja ver que la relación, o bien no tiene ni “pies y cabeza”, o de plano va derechito “al barrancho de la perdición” te invito a considerar los siguientes aspectos:
1. No te gusta su olor
La química sí existe. El olor natural de la persona con quien estas saliendo activa o anula tu deseo de relacionarte erótica y amorosamente. El olfato juega un papel importantísimo en el hecho de sentirnos a gusto con alguien; este sentido genera el más inconsciente y poderoso test de compatibilidad. Si no te agrada el olor de tu candidato a pareja, difícilmente podrás sostener una convivencia él.
2. No tiene “ni oficio ni beneficio”
Para bien o para mal vivimos en una sociedad capitalista donde el dinero no sólo adquiere bienes, sino que tiene un significado a nivel psicológico: seguridad, poder, éxito. Entonces, sin dinero propio y suficiente, tu pareja no solo limitará tu mundo de posibilidades, sino que quizás tendrá que someterse a tu bolsillo. Así, la independencia económica facilita que la relación de pareja no se reduzca al estrés de sacar a flote las necesidades básicas, limitando al espacio amoroso de cierta creatividad, disfrute, y satisfacción.
3. Su único y principal proyecto de vida es “el amor”
Alguien sin un proyecto de vida personal que lo apasione en diversos intereses y valores hará de ti el sentido principal de su existir y tendrá demasiadas expectativas, que difícilmente le podrás cumplir. Quien hace del amor el único proyecto de vida acaba esperando una fusión que, con el tiempo, termina por ser demandante y asfixiante. El amor requiere de espacio y de misterio para existir e implica la unión de dos personas que tienen una vida propia.
4. Es una estrella, pero fugaz…
Las personas que aparecen y desaparecen no son de confiar. Pueden estar contigo y dar “lo mejor” de ellas mismas, hacerte sentir “en las nubes”. Pero ojo, si de pronto ponen una distancia incomprensible, cambian el ritmo y el tono de los encuentros, desaparecen sin previo aviso y vuelven sin excusa, no son estables y menos fiables. Una relación duradera requiere de ciertas certezas, rutinas, y consistencias. Alguien así está destinado a volverte a defraudar.
5. ¿Amar es celar?
Los celos se dan en el territorio del amor, pero no son derivados del amor. Pensar que “celar es amar” es una idea errónea de quienes alimentan la creencia de que si su pareja no es “algo” celosa es porque no las quiere de verdad. El celoso elige poseer antes que amar; esto nos sitúa en un mundo en el que una persona es un objeto para el uso de otra. Los celosos asfixian y desgastan el amor.
6. Miente y vencerás
Quizás uno de los mayores dolores de cabeza en las relaciones amorosas es el tema de las mentiras, con frecuencia antesala de las traiciones. Las mentiras suelen deteriorar la confianza y una pareja que no sostiene entre sus miembros un grado básico de confianza, no logra subsistir. Cuidado con alguien que tergiversa información, omite datos importantes y niega evidencias. La mentira constante, manipuladora, agresiva, es símbolo de abuso y de inmadurez.
7. Es de “mecha corta”
Generalmente es un rasgo de violencia en diversos grados. Las personas que responden con groserías, enojos, silencios eternos y arranques humillantes crean a su alrededor un ambiente de miedo y de amenaza. Quienes explotan están en la antesala de la violencia -en cualquier versión- pues no saben regular el enojo, gestionar las frustraciones de la vida, controlar los impulsos agresivos y externar de manera oportuna y constructiva sus malestares o sus necesidades.
No dejes de leer mi próxima entrega, en la que hablaré de los otros 7 rasgos de los que tienes que cuidarte si tu prospecto a pareja los deja ver en los primeros encuentros.