14 red flags antes de entrar a una relación. Parte 2

Escrito por: Tere Díaz

Tiempo de lectura: 7 minutos

 

Para finalizar esta serie, te hablaré de los aspectos sociales en los que te puedes fijar para saber si la persona con la que estás empezando a salir tiene red flags que enciendan las alarmas. Ten la certeza que tomar en cuenta estas red flags, que pueden aparentemente no ser “taaan importantes”, te proporcionará información valiosa sobre la persona que tienes enfrente, y te evitará tropezar con el aburrimiento, pasando decepción, acercándote a la desesperanza, hasta la posible desgracia de caer en relaciones donde el control y el maltrato se pudieran llegar a instalar.

 

1. Está excesivamente pegado a sus padres

No hay nada de malo, de hecho, es recomendable que las personas lleven relaciones cordiales y de respeto con sus familias. Pero los individuos que “idolatran” a su mamá no han acabado de lograr la autonomía emocional. Esto ocurre porque tuvieron una madre que les dio de más o no les dio suficiente. La gente excesivamente apegada a sus progenitores termina queriendo que te sumes a su vida de “hijo crónico” o bien te demandará que funjas como su mamá o su papá.

2. Trata mal a los extraños

Sobre todo, a los que están por debajo suyo en la línea jerárquica: empleados, camareros, personal de servicio. También a gente de diferente clase o raza, incluso a los animales, niños y hasta a sus propios padres. La gente prepotente tiende a ser discriminatoria y a posicionarse en un lugar de supremacía y ventaja sobre quienes siente “inferior”. Sin duda, quien trata mal a otras personas, con el tiempo se dirigirá a ti del mismo modo como lo hace con los demás.

3. Quiere cambiar a todo el mundo -incluida tú- en vez de cambiarse a sí mismo

Las personas cambiamos cuando queremos y, sobre todo, cuando necesitamos hacerlo porque nuestras formas no nos funcionan más. Si alguien constantemente te señala errores, te sugiere mejores opciones -de ropa, estudio, amistades y trabajo–, te corrige, lo que quiere es que te adaptes a él. Las personas “exigentitas” buscan la perfección y no la aceptación; siempre encontrarán algo que “tienes que mejorar por tu bien” o incluso un defecto insalvable. Insistir en que seas quien no eres es el inicio de una presión que te llevará al desgaste y a la desesperación.

4. No te comparte su vida, su mundo, sus espacios y a su gente

Si la persona con la que estás saliendo nunca encuentra el mejor momento de presentarte con su familia, de introducirte a su grupo de amigos, de informar a sus hijos que está en una relación, de permitirte visitar su casa, etc. es que algo, sin duda, esconde. El amor es desear introducir al otro en la propia vida y poder ser parte de la vida de él o ella también. Así que tanto ocultamiento implica que se niega a revelarte alguna verdad.

5. Todo lo mío es más importante

Las personas ególatras y narcisistas, si bien en un inicio podrán “bajarte el sol y las estrellas” y adularte sin parar, al tiempo, a través de engaños, manipulaciones y chantajes, querrán que te adaptes a su vida y pidas muy poco para ti. Priorizarán a sus amigos, a sus trabajos, a sus familias, a sus gustos y a todas sus necesidades. Serán poco empáticas ante lo que sientes y pides, y con facilidad te harán dudar de lo que quieres y necesitas. Alguien que no se interesa por escucharte, por tu vida, tu gente, tus valores y tus necesidades, es alguien que no sabe amar.

6. Es un mal ex

Un candidato a pareja que despotrica, chantajea, culpa o “tortura” a sus anteriores parejas, pronostica que en caso de que tu llegues a ser su ex, la historia se repetirá. Un buen ex es alguien que honra sus relaciones pasadas porque sabe que a través de ellas se ha construido como persona y como pareja; sabe que, si muchas de estas relaciones no fueron suficientemente buenas, todas tuvieron momentos de alegría, de placer y seguro de aprendizaje. Un buen ex no es quien necesariamente es “amigo” de su ex, sino quien honra lo que se tuvo y respeta a la persona de quién se amó.

7. Culpa a los demás de sus problemas

Hay personas que carecen de autocrítica y nunca asumen responsabilidad de sus actos. Siempre se victimizan de lo que les sucede y no pueden aprender de lo vivido, reinventarse tras los problemas que han tenido, ni conectar su realidad presente con factores que son consecuencias de su actuar. Una pareja así será alguien que no solo se negará a recibir una queja tuya o a escuchar tu retroalimentación. Las personas que simplifican su vida lanzando culpas a los demás, son incapaces de hacerse cargo de sí mismos y de mejorar así que no dudes que con el paso del tiempo y de sus desgracias, también a ti te va a culpar.

 

Al final, hay que recordar que todo amor nos reta, nos invita a crecer, a negociar, incluso a renunciar a algunas cosas en tanto que lo que se está construyendo con el otro genera un plus en nuestra vida. No se trata de sacrificarnos por amor, pero sí de entender que no se puede todo y que eso implica llegar a acuerdos y a hacer algunas adaptaciones y concesiones.

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