Es evidente que lo que requieren en la actualidad las parejas para estar satisfechas dista mucho de lo que necesitaban los matrimonios de antaño. Hablemos de los conflictos de las parejas actuales.
Comenzando porque antes había un acuerdo único de pareja, el matrimonial, con esquemas bien planteados, roles establecidos y objetivos que todos conocían. Hoy existen diversas formas de vivir el amor, con acuerdos y formatos diversos que son poco claros y que pocas veces se acuerdan explícitamente.
Escrito por: Tere Díaz
Tiempo de lectura: 5 minutos
Ante expectativas no dichas pero altas, la mayoría de las parejas discuten por los siguientes asuntos:
1.-La intimidad. Ser íntimo es la capacidad de develarse o mostrarse al otro compartiendo el mundo interno: sentimientos, temores, anhelos. Los problemas aparecen cuando en la relación, no se origina un ambiente en el que ambos se sientan seguros para expresar sus sentimientos y temores.
O bien, cuando hay expectativas muy diferentes en cuanto a la necesitad y deseo de intimar.
Hay quien requiere “decirse todo” para ser íntimo y hay quien no necesita constantemente compartir su mundo emocional.
2.-Roles rígidos. El lento pero sostenido debilitamiento del patriarcado unido al feminismo que va posicionando a la mujer en la sociedad, han hecho que los roles tradicionales de género “salten por los aires” y no quede claro qué le toca a quién, en qué forma y por cuánto tiempo.
La mujer ya no se queda en casa como responsable de lo familiar y el hombre ya no es el único proveedor.
3.-El compromiso. Estar comprometido se confunde muchas veces con la definición del tipo de relación que se tiene y con las dudas acerca del vínculo que une a la pareja.
Con frecuencia se obvia que estar comprometido es casarse, o cuidar a los hijos del otro, o vivir juntos,
cuando en realidad el compromiso puede funcionar de distintas y diversas maneras…
4.-La diferenciación. Diferenciarse es atravesar el proceso que nos constituye en individuos autónomos, distintos a nuestra familia de origen.
Esto no significa romper con nuestros orígenes o distanciarnos de nuestros padres, pero sí conquistar la autonomía.
Y la autonomía no es solo la independencia económica – si bien la implica y la requiere – sino la posibilidad de elegir qué quieres con base en la propia escala de valores, propios deseos, necesidades, gustos, e intereses.
5.-La pasión. Es ese sentimiento intenso de conexión con el otro. Los problemas generalmente aparecen, primero, cuando uno de los miembros pasa, antes que el otro, del enamoramiento a una etapa más estable; el que sigue enamorado deja de ser correspondido en esa pasión intensa.
Y segundo, cuando al pasar el enamoramiento se hace evidente una falta de acoplamiento sexual que quizás se venía arrastrando desde antes, pero por el mismo enamoramiento, ninguno de los dos lo notaban.
6.-Cercanía – Distancia. Por razones diversas – usos y costumbres, carácter, idea del amor, estilo de apego, entre otras – las personas necesitamos diferente cercanía y fusión con nuestra pareja: algunos requieren compartir casi todo en cuanto a actividades, cercanía física, compañía constante, comunicación abierta y permanente, etcétera, y otros son más individualistas buscando espacios privados, tiempos a solas y actividades consigo mismo. Esto puede generar confusión y desgaste en tanto que uno requiere más contacto que el otro.
7.-El poder. El poder se juega siempre en cualquier intercambio humano; y no es malo siempre que se use para construir. El poder sirve para lograr cosas, acceder a espacios de crecimiento, y hacer el bien. Pero quien tiene más poder tiene siempre más responsabilidad.
¿Cuáles son los efectos de estos problemas?
La imposibilidad de visibilizar estos asuntos, cuestionarlos y ponerlos sobre la mesa para manejarlos, generarán interacciones de pareja cada vez más centradas en la lucha de poder, en la crítica y desacreditación hacia el otro, en la frustración y por tanto en el desgaste de la relación.
La posibilidad de resolver lo que tiene solución y de negociar y manejar lo que no tiene, es la clave para que las parejas logren convivencias satisfactorias, duraderas y que apuesten al apoyo y crecimiento de cada una de las personas que la constituyen.