El mundo del amor y las relaciones es un espectro enorme de posibilidades de estilos y combinaciones, ¿verdad? Pero, ojo, para que una relación sea realmente sólida y no acabe siendo un desfile de privilegios, hay una regla de oro, igualdad. Hablemos de Los nuevos retos del amor: ¡Y de la cartera!
Escrito por: Tere Díaz
Tiempo de lectura: 5 minutos.
Hoy más que nunca nos encontramos en una encrucijada difícil de resolver, ¿Por qué?.
Hombres y mujeres, ante los acelerados cambios sociales, hemos transitado de un modelo “hombre proveedor y cuidadora”, a una sociedad en donde muchas mujeres, insertas de lleno en la población económicamente activa, no requieren de un varón que las invite, las mantenga, las “consienta” y a cambio, tome decisiones por ellas.
¿O aún sí?.
- Todavía hay gente que abraza los roles de género tradicionales donde el hombre debe ganar dinero y la mujer cuidar el hogar.
- Los hombres sienten la presión de ser proveedores a pesar de los cambios sociales y temen perder el respeto si no cumplen con ese papel.
- Las mujeres que siguen atadas a valores tradicionales siguen siendo satélites de las necesidades de los demás y no se permiten libertad.
- Infinidad de mujeres liberadas acaban siendo solamente “medio liberadas”, porque ganan menos que los hombres desempeñando los mismos puestos, a lo que han de sumar su jornada de trabajo doméstico la cual que no acaban ni de compartir con alguien, ni de delegar, ni de lograr abdicar….
- Algunas mujeres independientes siguen buscando hombres que sean más fuertes y exitosos, como si la igualdad les hiciera sentir que falta algo.
- Otras, para equilibrar, adoptan actitudes extremas que las hacen perder su feminidad.
- Algunas ocultan su éxito para evitar ser juzgadas.
Estos desajustes nos hacen acumular rencores, tanto hombres como mujeres. La transición económica y social genera malentendidos que se hacen más evidentes cuando llega el momento de pagar la cuenta.
No decimos que antes todo era mejor, pero ahora estamos tratando de cambiar las reglas mientras damos pasitos hacia atrás. Al final del día, en el siglo XXI, la marcha hacia la igualdad continúa y parece que no se detendrá.
El dinero y el poder en la pareja