Aquí te comparto 3 tips para cuidar tu autoestima en redes sociales.
Escrito por: Tere Díaz
Tiempo de lectura: 5 minutos
El rápido crecimiento de las redes sociales y los usos que se le dan -sin lugar a dudas- es algo que no veíamos venir… Sin embargo son una realidad y a la realidad hay que hacerle frente con todo y sus consecuencias. Por eso hemos de indagar los efectos que están teniendo las redes sociales en diversos ámbitos de la vida humana, faena en exceso ambiciosa.
En este texto me limito a señalar algunos aspectos de las redes sociales que tienen un impacto en la construcción de la autoestima, entendida ésta como la experiencia de tener valía personal y de vivirse con competencia para afrontar los desafíos básicos de la vida.
1.- No está mal querer gustar… ¡pero hasta cierto punto!
Hay tendencias en las redes que se basan en querer –literalmente- gustar. Con el constante estímulo que el cerebro produce al recibir un like, este querer gustar puede convertirse en un verdadero problema, hasta llegar a ser una obsesión.
2.- La realidad está a años luz de ser lo que vemos en las redes.
Éstos estilos de vida perfectos, en donde los que lo promueven muestran una felicidad absoluta, cuerpos con una figura envidiable, alimentación saludable, ejercicio o deporte, y además, practicas de yoga y meditación. ¿Cómo no va a repercutir a nuestra autoestima estar comparándonos constantemente con personas que suben a diario fotos y publicaciones de una vida “ideal”?
3.- ¡A quien te tienes que gustar es a ti!
El estar todo el tiempo observando las vidas de otras personas, nos lleva a querer satisfacer una constante necesidad de complacer a los demás. Es un hecho que la mirada de los demás es un factor determinante en la construcción de nuestro carácter, pero con las redes sociales esto se ha llevado a un extremo que dista mucho de lo posible y de lo real.
El social media nos permite construir una imagen nueva, que podemos controlar y modificar a nuestra conveniencia, pero claro, siempre con un precio: el mostrar esa imagen que queremos mostrar no tiene el mismo valor sin un público que lo observe ”en vivo y a todo color”. El verdadero valor de los likes es confirmar que estamos siendo vistos y evaluados, pero con una sutil inseguridad que nos dice al oído: “¿cómo he de comportarme para sostener esta imagen?”, “¿qué pasaría si me conocieran de verdad?”
Sobrevalorar la “happy life” nos impide integrar como parte de la vida y de nuestra vulnerabilidad humana un mal día, un par de fracasos y momentos de tedio (¡que todos tenemos!). El estrés por mostrar un constante “bienestar y éxito” nos obliga a sostener un personaje que dista mucho de las personas complejas, ambivalentes y vulnerables que somos (¡todos los humanos!) en realidad.
Distingamos pues una vida virtual de una vida real, y sin despreciar las gracias de la primera, invirtamos tiempos en entender y construir con sólidas bases la segunda.