¡Qué hablen los hombres!

En este artículo te cuento sobre algunas diferencias entre el lenguaje de hombres y el lenguaje de las mujeres.

“El habla de sí mismo y nosotras oímos el cosmos,

él habla del presente y nosotras entendemos la eternidad”

Sergio Sinay

 

Hay diferencias en el lenguaje entre hombres y mujeres, pero ¿en qué consiste esta diferencia en el lenguaje femenino y lenguaje masculino?. Te cuento de qué se tratan estas diferencias, que son interesantes e identificarlas para tener mayor efectividad en la comunicación con hombres y mujeres.

  • Asume que su pensamiento es concreto y lineal

Que a nosotras se nos facilite brincar de un tema a otro, “darle la vuelta” a los asuntos, e ir y venir en las charlas, no significa que los hombres lo puedan o lo tengan que hacer igual. En general un varón tiene menos capacidad de poner atención a detalles, se le facilita más hacer una cosa a la vez y prefiere llegar a conclusiones prácticas en las conversaciones. Por tanto, cuando tengas algo que decirle, asegúrate de precisar el tema y de explicar lo que pretendes con el diálogo.

Por ende, comprender el objetivo de la charla es importante para él y le permite ubicarse en el contexto de la conversación.  Intenta dejar claro con las palabras indispensables (las menos posibles), con hechos concretos y mediante frases cortas de preferencia, lo que vas a comunicar. Haz referencia a la situación presente y particular, y deja las dilucidaciones para una café con alguna amiga.

Si son varios los temas que te interesa manejar con él, elige tratar un punto a la vez, haciendo las distinciones necesarias, y dejando los tiempos precisos entre un tema y otro. Darle la vuelta a las cosas, pasar de un tema a otro, mezclar eventos del pasado con temores del futuro, e incluir opiniones de los vecinos, confunde a los hombres y les impide cachar el mensaje que les quieres dar.

 

  • Observa sus acciones y no solo sus palabras

Las mujeres nos comunicamos con palabras, tenemos una particular capacidad para articular nuestro pensar y sentir mediante el lenguaje verbal.  Los hombres lo hacen más a través de actos. En general, ellos se comunican menos verbalmente, y cuando hablan lo hacen de manera concreta y con una menor tonalidad emocional.

A diferencia del lenguaje femenino – más abstracto y vinculado a los sentimientos -, el lenguaje masculino prefiere temas concretos relacionados con el mundo externo y al funcionamiento de las cosas. Desesperarte ante esta manera de expresión masculina y exigirle explicaciones constantes y diálogos sostenidos sería menospreciar su lenguaje no verbal.

Es por ello que es importante que observes las acciones que realiza para contigo, reconócelas y valídalas ante él como algo importante para ti; recíbelas comprendiendo que quizás no sabe cómo articular lo que quiere expresarte con palabras pero que demuestra su cariño, agradecimiento y aprecio mediante actos que sean de consideración y provecho para ti.

Ojo, esto no significa que claudiques a las necesarias conversaciones para dialogar con él, sino que comprendas que el uso masculino del lenguaje, es diferente en tono, en forma, en duración y en emocionalidad. Sin duda los varones tienen un trabajo arduo por hacer: en la medida en que encuentren las formas de relacionarse mejor con sus afectos, tendrán mucho más para expresar a través de las palabras sin sentirse por eso menos hombres.

Es importante también valorar el silencio masculino: si bien en ocasiones es un silencio que deja a los hombres solos con sus sufrimientos, y a nosotras con una sensación de desconexión respecto de ellos, existe otro silencio que es inherente a su masculinidad, ese que va acompañado de actos conmovedores y acciones solidarias. Señálalos como algo que validas también.

 

  • Sus emociones danzan distinto

Las mujeres tendemos a ser emocionalmente inteligentes, reconocemos e integramos en nuestro mundo afectivo diversidad de sentimientos y emociones, somos más expresivas, empáticas, y sensibles al mundo afectivo que los hombres; esto se debe a mecanismos diversos que van desde la biología hasta el entrenamiento social.

A los hombres, a lo largo de la historia se les ha requerido autocontrol emocional, aparentar “fuerza”, y acallar sus sentimientos aun en situaciones en que experimentan fragilidad: en general a los varones no se les da permiso de sentir miedo o vulnerabilidad, tampoco se les permite  llorar ni expresar otros sentimientos “femeninos”, por eso se desconectan de sus afectos o bien los esconden con efectos costosos para su salud física y mental.

En los hombres el enojo es la emoción más permitida – incluso promovida – en ellos, y si bien en ocasiones la usan en correspondencia con lo que viven, generalmente tras ella esconden el miedo, la tristeza, la culpa, la vergüenza o la humillación que no saben ni pueden expresar.

 

  • Valida las áreas de su vida que implican acción y fuerza

Por años los hombres han sido más aventurados, activos, en cierto sentido arriesgados y bruscos; si bien esto tiene que ver con un entrenamiento ancestral que tiende a prepararlos para exponerse ante los peligros, y a tomar decisiones importantes, también sabemos que a los 4 años aproximadamente el nivel de testosterona se duplica en los niños haciéndose más rudos, toscos y requiriendo juegos más activos que las niñas.

Por todo esto, aunado a sus habilidades visoespaciales, a su velocidad y fuerza, los temas del juego, la acción, la fuerza física y la competencia, son medios de contacto, disfrute y expresión con el fin de desahogar energía, crear camaradería con otros varones, y no tener la necesidad de filtrar la comunicación a través de las palabras.

Esto no significa que las mujeres no podamos desarrollar una fuerza física y una actividad sostenida competitiva (estudios muestran sorprendentemente los rendimientos femeninos en temas deportivos, ahora que se propician espacios para su práctica y disfrute) lo que ocurre es que los varones además del desfogue que les brinda la actividad física, se identifican a través de ella con otros varones.

Por tanto reconocer, respetar y no invadir dichos espacios – sean deportivos, o bien hobbies de otro tipo que le requieran de un espacio propio,  facilita un intercambio comunicativo sin reclamos y señalamientos ante su orientación a la acción.

 

  • Pídele consejos concretos

Los hombres tienden a ser resolutivos, prácticos, directos, concisos, objetivos e inclinados a la consecución de logros. A veces como mujeres “vamos y venimos” ante situaciones, que si bien tienen alguna carga emocional, requieren de pasos concretos para ser resueltas.

Ahora bien, la comunicación con un hombre fluye bastante bien si ante algún tropiezo, duda, o conflicto que estés atravesando, le pides opinión y consejo para resolverlo. No significa que tengas que hacer exactamente lo que te dice, pero toma en cuenta que su mirada concreta y resolutiva, te dará una perspectiva estratégica y práctica que pondrá foco e intensidad a la solución del problema. Sobra decir, que para un varón, sentirse útil y reconocido le da una buena dosis de la anhelada admiración.

 

Como ves, el lenguaje de los hombres es diferente del lenguaje de las mujeres, pero sin duda, su visión puede aportarte mucho, gracias a que es muy concreto y lineal. La expresividad de ellos va encaminada a lo operativo y a dar soluciones, el hecho de que no se exprese siempre con palabras, no significa que no se exprese, pues lo hace de manera distinta.

Tener esta información nos ayuda mucho más a comprendernos mejor en nuestra comunicación con todas las mujeres y los hombres que nos rodean.

 

Goldner, Virginia y colaboradoras. “Love and Violence: Gender Paradoxes in Volatile Attachments”, en Family Process, Vol 29, No.4, pp. 333-364. Diciembre , 1990.

Kaufman, Michael. Hombres: placer, poder y cambio. Cipaf. República Dominicana, 1989.

Marqués, Josep-Vincent. Curso elemental para varones sensibles y machistas recuperables. Ediciones de Hoy. Madrid, 1991.

Benno de Keijzer, El varón como factor de riesgo: Masculinidad, salud mental y salud reproductiva.

MasterClass – ¡Libérate de los celos!

Lenguaje femenino vs lenguaje masculino

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