Ideas absurdas que alimentan la amargura

Estas son algunas ideas que alimentan la amargura.

Escrito por: Tere Díaz

Tiempo de lectura: 4 minutos

Si bien, como he dicho, hay eventos lastimosos que dejan huella en nuestro ser y producen sentimientos dolorosos, también existen pensamientos irracionales  y  distorsiones  cognitivas que dan  lugar a  emociones  y  sentimientos  negativos  muy  intensos que pueden o no tener alguna relación con sucesos acaecidos.  

En general, el resentimiento nos hace sentir especialmente nerviosos o extremadamente sensibles frente a ciertas personas y situaciones. La actitud hostil y, en ocasiones, “quejumbrosa” -proveniente más de una mentalidad de víctima y amargura que de la proactividad- hace que sea tedioso e incómodo convivir con alguien que se percibe constantemente en desventaja o tratado injustamente por la vida.

            Ejemplos  de  este  tipo  de  distorsiones  cognitivas  son: 

  • Fatalismo: “Haga lo que haga siempre seré insuficiente” 
  • Desesperanza: “No  lograré  nada  de  lo  que  intente”   
  • Autoderrotismo: “Estoy  destinado  a  ser  un  fracaso  permanente” 
  • Pensamiento absolutista: “No  hay  manera  de  que  pueda  perdonar ese abuso”   
  • Exigencias infantiles: “Mi  vida,  al  menos, debería  ser  justa”  
  • Prejuicios: “La gente  es  mala: la  mejor  defensa  es  la distancia o el  ataque”. 
  • Pensamiento irreversible: “No  tiene  sentido  resolver  asuntos  pendientes  con  personas  de  mi  pasado  que  me  trataron mal” 
  • Efecto Pigmalión: “Es  mejor  poner  buena cara y aguantar, no se logra nada con la apertura y la honestidad”  

El resentimiento se materializa cuando no se logra reconocer, verbalizar, denunciar y de alguna manera obtener una compensación por la afrenta sufrida. En ocasiones, la persona perjudicada ni siquiera logra comprender plenamente la magnitud de lo sucedido, por lo que no puede identificar el malestar tardío que está experimentando. Estas experiencias dejan marcas más o menos dolorosas, que, si no se procesan adecuadamente con el paso del tiempo, dan lugar a un resentimiento prolongado.

Es innegable que existen actos agresivos, negligencias e injusticias sumamente dolorosas e incluso actos humillantes que implican claros abusos y ponen en peligro la integridad física y emocional de la persona afectada, como el maltrato físico, el acoso escolar, las violaciones, los despojos y las experiencias de guerra, entre otros. Sin embargo, el impacto de estos eventos varía según la naturaleza de la acción, su duración prolongada, el apoyo del entorno y la personalidad de quien los experimenta.

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