De la serie “Madres ¿culposas o amorosas?”. Te doy algunos tips para gestionar la culpa materna.
Escrito por: Tere Díaz
Tiempo de lectura: 3 minutos
¿No pudiste llegar a la actividad escolar de tu hija por el trabajo?, ¿lo dejaste llorar porque te sentías exhausta?, ¿le diste comida en lata o con azúcar?
Como madres tendemos a cargar con la cruz de la culpa por estar, por no estar, por hacer, por no hacer, por decir y por no haber dicho. Las mamás debemos aprender a transitar y gestionar este sentimiento, por eso te aconsejo:
-
- Agarra la culpa y transfórmala en “reparación”. Es inevitable que te equivoques, entonces ¿cómo puedes arreglar lo que salió mal? ¿Qué hago para que no se repita?
- No someterte a ella, no caigas en las ideas románticas de ser mamá y las presiones sociales lo acompañan.
- Prioriza la conexión, vínculo con tu hijo y la contención a través de los límites.
- No hagas de tus hijos tu único proyecto de vida; que tu proyecto sea los suficientemente rico y variado para no quedar con las manos vacías cuando los hijos se independicen.
- Madre NO solo hay una: se vale crear equipos de apoyo para la co-crianza y el co-cuidado de los hijos.
- Practica yoga emocional: fortalecerte para no sobreproteger a los hijos, aprende a poner límites y ten claridad para decir sí cuando es sí y no cuando es no.
Y un pilón: no extiendas tu rol al resto de tu entorno. Existen mujeres que son madresposas: se adjudican no solamente el cuidado de sus hijos, sino el de sus parejas, de sus padres, vecinos, jefes y demás. En los intercambios sociales debe haber un balance: no solo dar sino pedir y recibir también.
Seamos mamás suficientemente buenas, dejando de lado los estándares que se nos imponen. Al final, lo que menos tiene la vida es perfección. Y en este aspecto, te recomiendo la película Una vida sin terminar, donde vemos la menos que perfecta vida de Jean y su hija.