¿Con quién sí me caso?

Si bien, en pleno siglo XXI la apertura a nuevos modelos amorosos es la constante, generalmente, nuestras formas de amar se acaban concretando y viviendo en la institución social que llamamos matrimonio. Entonces, ¿con quién me caso?

Escrito por: Tere Díaz

Tiempo de lectura: 4 minutos

Así que más que criticar el matrimonio, es mejor concebir nuevas formas de ingresar en esa institución. De ahí la importancia de pensarlo de manera diferente, y de buscar la forma de mejorar la entrada en él.

Si te piensas casar:

  1. Cásate con alguien que te guste su olor

El olfato forma parte de nuestro sistema nervioso más primitivo, y genera el más inconsciente y poderoso “test” de compatibilidad.

Cásate cuando tengas trabajo y dinero que te asegure la autonomía

Sin dinero propio y sin un proyecto personal, te someterás al bolsillo y las decisiones del otro.

Cásate con alguien que no esté excesivamente pegado a su madre o a su padre

De lo contrario acabarás siendo otra segunda madre u otro segundo padre y además te verás obligado a rivalizar con los verdaderos progenitores de tu pareja.

Cásate con alguien que no confunda la sinceridad con la verdad

Se debe ser sincero pero sensato. Quienes aman la sinceridad viven en la honestidad y protegen la relación; los amantes de la “verdad absoluta” convierten su búsqueda en algo más importante que el propio amor.

Cásate con alguien que no se ate demasiado al pasado

Ni a su pasado personal ni al pasado del amor que viva contigo.

Cásate con alguien que trate bien a los extraños

Sobre todo a los empleados, camareros, o cualquiera que esté por debajo suyo en la línea jerárquica. Algún día te tratará como trate a esas personas.

Cásate con alguien que sea un buen conversador

Que comparta, que no te interrumpa, que te escuche, que delibere y cuestione… alguien que pueda jugar con las palabras sin creerlas sagradas.

Cásate con alguien con el que te sientas orgulloso de ir a su lado

Con alguien que te resulte elegante y armonioso para compartir un paseo, alguien con cuya imagen frente al espejo o en una fotografía, te sientas a gusto.

Cásate con alguien que no sea extremadamente rígido

Aunque sea “un diamante” porque será “valioso” pero duro.

Cásate con alguien que no se sienta insignificante

Alguien que no sea “insípido”, “soso”, intercambiable por cualquier otra persona.

Cásate después de haber invertido tiempo y dinero en tu persona

En todos los aspectos: intelectual, corporal, erótico, emocional,

Cásate con alguien que no sea celoso

Al principio puede que tenga un toque de diversión pero la vida será un infierno al cabo de poco tiempo. El amor es intercambio, no posesión.

Cásate con alguien que pueda resultar un buen “ex”

O que ya lo sea, porque si tu candidato a pareja despotrica, chantajea, o culpa a sus “ex”, sí tu llegas a serlo la historia se repetirá…

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