La autoestima es un tema necesario cuando hablamos de relaciones de pareja, pues puede implicar que un amor nos impulse para tomar nuevos retos, a probar, mejorar como personas, a crecer e incentivar nuestras capacidades, pero ¿qué pasa cuando no es así?, hablemos de la autoestima y la pareja.
Algunos amores no matan, pero pueden hacerte pomada…
Mucho se habla de tener amor propio, sostenido por un autoconocimiento que nos permita sostener nuestros intereses, generar un proyecto de vida propio y hacer de nuestra vida un espacio agradable para compartir, pero, ¿qué pasa cuando no nuestra autoestima es débil y entramos a una relación de pareja?
Antes que todo, revisemos que la autoestima no es un sentimiento, ni un pensamiento, es la experiencia de vivirte con auto competencia –distinguiendo tus capacidades y recursos con los que afrontes los desafíos que la vida te presenta- y con auto valía –como alguien merecedor de amor, cuidado y atención.
Por otro lado, los seres humanos somos seres gregarios, es decir, requerimos de los demás y para sentirnos seguros nos apegamos y creamos vínculos que nos generan una sensación de pertenencia y seguridad. Nuestro sistema de apego consiste en un cúmulo de emociones y conductas que nos impulsan a querer permanecer justo a nuestros seres queridos, para que nos proporciones protección, afecto y seguridad.
Nuestro estilo de apegarnos a una pareja. Todo nuevo amor es un amor antiguo, porque correlaciona de manera importante con nuestra primera relación de amor –o desamor – que es la que tuvimos con nuestros cuidadores primarios, generalmente nuestros padres. Este vínculo primigenio influirá nuestra forma de amar en la edad adulta. ¿Necesitaremos demasiado amor? ¿Temeremos la distancia y la separación? ¿Nos confundiremos fácilmente entre la experiencia de amor y abuso? O más aún ¿Nos adaptaremos a relaciones que entremezclan el amor y el abuso?
La pareja y la autoestima. Existen relaciones que aunque nos den seguridad y sensación de ser amados, también incluyen comportamientos poco empáticos, conductas desdeñosas, escasas muestras de cariño y ocasionales demostraciones de preocupación por nuestro bienestar. En estos intercambios, alguno de los miembros se interesa por controlar al otro y de esa manera sentirse seguro de no perderlo, de no sentirse amenazado por sus competencias, de ser “más” y destacar a costa de su bienestar emocional.
Por oto lado, ¿Qué pasa cuando nuestra autoestima no está definida y sólida ante nuestra relación de pareja?
Pueden presentarse una serie de acciones que atentan contra tu autoestima, como
- Gritos en público o en privado.
- Amenazas contra ti, tus seres queridos o tus propiedades.
- Burlas, sarcasmos e ironías lastimosas sobre tu aspecto, hobbies, amistades o trabajo, incluso haciéndote blanco de “chistes” para que otros se rían de ti.
- Te interrumpe y corrige cuando hablas. Incluso no te deja hablar de lo que a ti te interesa.
- Críticas sobre tu físico, tu forma de vestir, de hablar, de caminar…
- No llega a acuerdos contigo sino los impone.
- Mentiras y manipulaciones.
- Minimización e invisibilización de tus sentimientos, deseos o puntos de vista. Cuando deseas platicar evade diciendo que no tiene tiempo o cambia rápidamente de conversación.
- Te cela con persecuciones, reclamos, preguntas inquisitivas y reclamos.
- Te culpa de sus malestares y errores.
- Te voltea las cosas cuando tú eres quien reclama algo.
- Condiciona su amor y su permanencia en la relación si eres de la forma que desea y haces lo que necesita.
- Distanciamiento físico y sexual porque ya no le atraes, o bien forzamiento a realizar conductas sexuales o actividades que no te gustan.
Estas formas de actuar, ya sean más o menos explicitas y burdas, son todas acciones humillantes que te hacen dudar de tus capacidades y competencias, y te hacen sentir in merecedor de amor y respeto. Bajan la seguridad personal y por tanto la autoestima.
Nunca está por demás consultar con un especialista, con quien consideres que puede ayudarte en el camino a la construcción sana de una autoestima sólida.
La autoestima en la pareja – Tere Díaz Sendra