¿Conoces el porcentaje de la felicidad?

 

Escrito por: Tere Díaz

Tiempo de lectura: 5 minutos

 

El 1 de agosto de se celebra el Día Mundial de la Alegría, pero de qué debemos hablar al abordar este tema de ¿estar siempre alegres o de ser suficientemente felices?

 

¿La Ciencia de la Felicidad?

 

Sonja Lyubomirsky en su libro “La Ciencia de la Felicidad” hace una investigación sobre el tema. Afirma que los factores que determinan la felicidad -entendida como esa experiencia de bienestar y satisfacción- se pueden dividir:

 

  1. 50% de nuestra predisposición a ser felices viene en la información genética. Así como la inteligencia o el colesterol, la tendencia a la delgadez o a la robustez, algunas personas tienen mayor disposición genética para experimentar bienestar que otras.
  2. 10% tiene que ver con las circunstancias de la vida: ser ricos o pobres, sanos o enfermos, hermosos o poco agraciados, casados o solteros. Esto sorprende porque la mayoría de las personas hemos puesto todo nuestro empeño en cambiar nuestras circunstancias para ser felices sin lograr el cometido.
  3. 40% tiene que ver con nuestra actividad deliberada, con nuestra forma de pensar, con nuestras decisiones y acciones en la vida. Este porcentaje, desde nuestro conocimiento personal y nuestra responsabilidad, hace factible la consecución deliberada de la felicidad.

 

Sonja agrega que cada persona es distinta y por eso cada una, experimenta un tipo de bienestar subjetivo relacionado con la realización de actividades concretas basadas en sus necesidades, deseos, intereses y valores particulares como: practicar la gratitud, cultivar el optimismo, invertir en relaciones sociales, manejar el estrés y las pérdidas, actividades que incluyen cuerpo y alma como meditación.

El común denominador de todas estas personas es la sensación de que su vida es buena, tiene sentido y vale la pena.

 

¿Felicidad prolongada?

Si bien la alegría es subjetiva, la felicidad es una emoción que puede ser en un principio una experiencia corta y de cierta intensidad, pero ¿cómo lograr prolongarla en el tiempo? Te doy una pista: nuestros actos de cada día que van haciendo un tejido de pequeños momentos satisfactorios que generan bienestar y realización personal.

Entonces, ¿qué podemos concluir? Hay que aprender a ser suficientemente felices: parece que lo primero que frustra de “ser feliz” es soñar con una felicidad total y absoluta. Podemos pensar en la felicidad como una experiencia posible, en vez de “idealizarla”, a través de cosas muy concretas, de situaciones muy planeadas, y con personas muy esperadas.

 

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