Monogamia: ¿naturaleza o elección? Parte 2

¿La monogamia es naturaleza o elección?. Aquí te presento la segunda parte.

 

Escrito por: Tere Díaz

Tiempo de lectura: 5 minutos

 

En la primera parte de esta serie hablamos sobre como la figura de la propiedad privada influyo en el origen del concepto de familia monogámica, en esta segunda parte reflexionaré sobre la parte natural y biológica de los humanos con respecto a elegir una sola pareja.

 

Empecemos por regresar en el tiempo para ver cómo, entre los primeros humanos, la amenaza de muerte prematura explica la prisa por reproducirse.  Simplistamente, podríamos describir que los primeros “cazadores” tenían que buscar hembras para reproducirse, por lo que copulaban con el mayor número posibles.

 

Pero entonces, ¿cómo surge esa predilección de uno por otro?

 

Por la necesidad de sobrevivencia. Para una hembra era difícil cazar o defenderse de un depredador mientras cargaba a un crío. Así surge la premura de tener protección y comida extra para sobrevivir ellas y sus crías, y surge también la necesidad del “esposo” y del “padre”.

 

Ahora, suponiendo que un macho atrajera a muchas hembras ¿cómo proteger a todas al mismo tiempo? No había modo, lo que sí pdían hacer  era caminar junto a una sola hembra y resguardarla tanto de animales salvajes como de otros machos y, al mismo tiempo, ayudarla a abastecerse y a criar a sus hijos.

 

Y, ¿qué hizo la hembra para garantizar que el elegido tuviera genes de calidad? Desarrolló una estrategia de seducción y otra de eliminación de rivales a través de la competencia femenina. Además, agreguemos tres peculiaridades sexuales de la mujer:

  1. Capacidad de copular cara a cara
  2. La falta de periodo de celo que le permite copular en cualquier momento
  3. La capacidad orgásmica.

 

Todo esto favorece que la mujer busque la sexualidad, establezca vínculos de cercanía e intimidad con un compañero reproductor (o un amante paralelo) y que se facilite la fertilización. Parece entonces que esta monogamia sobre la que se edificará, con el paso de millones de años la relación amorosa, más que un mandato biológico es resultado de una relación personal.

 

Por otro lado, puntualicemos el asunto de que el instinto, en este sentido, no favorece la monogamia, sino que por el contrario impulsa las relaciones sexuales fuera del vínculo de pareja.

 

¿Ser monógamo por elección, pero no por naturaleza?

 

Si bien la tendencia a hacer pareja es natural, al mismo tiempo la inclinación biológica apunta más bien a la promiscuidad. El enamoramiento, etapa previa al amor, tiene un límite en el tiempo y dura de tres a cuatro años aproximadamente; este tiempo corresponde al ciclo completo que nuestros antepasados requerían para reproducirse, desde la concepción hasta que la cría se defendiera con cierta soltura. En ese periodo se daba un emparejamiento blindado por “una especie de monogamia”, hasta que desaparecidos los efectos narcóticos del “romance”, terminaba la necesidad de la “fidelidad” e incluso del vínculo.

 

Antropólogos evolucionistas afirman que contamos con un equipo biopsíquico que nos permite sentir un profundo apego a una pareja, un amor romántico por otra persona y un deseo de sexo pasional con muchos otros; y que en ocasiones se pueden ajustar estas tres competencias en una sola persona.

 

Después de leer mis análisis, ¿tú qué piensas sobre la monogamia?, ¿crees que es por naturaleza, por elección?, ¿cómo ha funcionado para ti? Te leo.

 

 

(Visited 158 times, 1 visits today)