¡Abrázame!

En este artículo te comparto los beneficios de los abrazos y el contacto físico.

 

Escrito por: Tere Díaz

Tiempo de lectura: 6 minutos

 

El contacto físico como alimento emocional

Somos seres sociales y nos nutrimos del contacto físico. Lo primero que recibimos al nacer es el abrazo de nuestros padres, su contención, su soporte. Y con el tiempo seguimos buscando y repitiendo esta conducta, dándola y solicitándola, porque abrazar calma…

A través del abrazo comunicamos cosas sin necesidad de decirlas. El silencio que acompaña el acto de abrazar dice mucho más que mil palabras…  Abrazarnos, tocarnos, acariciarnos, permite demostrar amor, reconfortarnos ante una pérdida, acompañarnos en una conquista, despedirnos cuando toca separarse, agradecernos lo que nos hemos dado. Abrazar es decir al otro: “te acojo, te recibo, te acompaño”.

Abrazos y contacto físicoEstá demostrado científicamente que el tacto, que es el sentido más desarrollado que tenemos al nacer, es el que satisface nuestra necesidad de contacto. Está estudiado que las personas que son tocadas, sanan más rápido si están enfermas, se recuperan mejor de depresiones si están viviendo un abismo, y refuerzan su sentido de valía personal y competencia si afrontan algún reto. La carencia de este nutriente, tiene consecuencias negativas en nuestro desarrollo emocional y social.

Al hablar del abrazo hemos de recordar la famosa Teoría del Apego de John Bowlby, quien estudió cómo llegamos al mundo con una programación biológica para crear vínculo con nuestra madre, o con el cuidador primario que esté a cargo. Es así que nos sentimos protegidos y podemos sobrevivir.

Por eso, reitero los beneficios de abrazarnos unos a otros:

  1. Nos da confianza y seguridad. Al nacer somos seres indefensos, dependientes, inexpertos, y a lo largo de la vida somos vulnerables también, abrazarnos nos alimenta de confianza y seguridad para continuar nuestro trayecto en la vida con un funcionamiento emocional adecuado. En síntesis, nos genera una sensación de seguridad y protección.
  2. Satisface nuestra necesidad de sentirnos aceptados y queridos. Así como necesitamos comer, descansar, ejercitarnos, necesitamos afecto para vivir bien. El abrazo es un vehículo privilegiado para demostrarlo.
  3. Genera bienestar. El contacto físico, al igual que el ejercicio o el chocolate, segrega hormonas relacionas con el placer. Cuando nos abrazamos segregamos dopamina y serotonina, productoras de bienestar.
  4. Baja el estrés. La dopamina y la serotonina también tienen la función de reducir los niveles de ansiedad, generando una experiencia de calma y relajación. Sí, promueve la sensación de tranquilidad.
  5. Aumenta nuestra autoestima. Sentirnos apreciados y queridos suma a nuestra experiencia de valía personal y de pertenencia. Además transmite energía y fortaleza, que son elementos escenciales de la autoestima también.
  6. Equilibra la salud física. Además del alimento emocional que representa un abrazo, entre otros escenciarios físicos, abrazar tienen el efecto de generar una presión arterial más baja, de reforzar el sistema inmunológico, de disminuir el insomio, en otros.
  7. Mejora las relaciones interpersonales. Sin necesidad de hablar de mucho, nos confirma que somos importantes y queridos por los demás.

Abrazos y contacto físicoSi bien un abrazo no resolverá todos nuestros problemas, su magia, de a poquito, va recomponiendo nuestros cansancios, conteniendo nuestros miedos, y acompañando nuestro crecimiento. Sí, abrazar alivia el sufrimiento y trasmite el sincero mensaje de poder contar con los demás. Un abrazo es una forma de acariciar el alma propia y la de los demás.

 

Contra la ansiedad

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