El primer mes del año, después de salir de las fiestas decembrinas, se vuelve una cuesta económica en la que nos tenemos que recuperar de todos los gastos del fin de año: regalos de Navidad, quizás algún viaje, pagos imprevistos, etc. Pero otra cosa es detenernos a pensar en la cuesta emocional que implican estas fechas, aquellos sentimientos que venimos arrastrando junto con las celebraciones navideñas.
Escrito por: Tere Díaz
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Al iniciar el año se mueven muchas emociones que no son fáciles de acomodar; recién vimos a familiares con los que no tenemos tanto contacto; con el fin de año aconstumbramos hacer un balance de logros y decepciones, y si además pensamos en lo raro y anormal que fue el 2021, no sería extraño que nos abrumen las expectativas fallidas.
Con esto sobre los hombros es obvio que puede haber un malestar en nuestra psique y nuestro corazón que necesitamos integrar para no entorpecer los proyectos del año que está por iniciar. Por esto, es importante ser conscientes de nuestras emociones presentes y qué es lo que las ha provocado: algún enojo con nuestra familia o pareja, alguna decepción por esperar más de las fiestas que acaban de pasar; un desencuentro con alguien especial.
Reflexionar esto nos ayudará a albergar y aceptar lo que sentimos, a reconocer lo que anhelabamos y que no corresponde con la realidad vivida, a asumir cierta frustración y desilusión quizás producto del puro cansancio, y a tirar para adelante.
Sentir y nombrar nuestros sentimientos es el primer paso para aprender a regular nuestro mundo afectivo; no a negarlo, ni a exacerbarlo, pero si extraer el significado que tiene para nosotros y no dejarnos arrollar por la emoción.
¿Cómo impulsar un ajuste emocional?
- Reconoce 2 o 3 necesidades mostradas por tu disturbio emocional y escríbelas. Describe lo que ellas indican que es importante para ti.
- Ahora, encuentra 2 o 3 acciones concretas que le den un lugar a tus necesidades para poder salir de esta cuesta emocional de enero.
Hay que ser creativo y buscar acciones que, sin estresarte de más, te permitan dar pasos concretos para honrar tus sentimietos. Por ejemplo, hacer una llamada para arreglar asuntos inconclusos, tener esa conversación con alguien que nos dará paz mental; también se puede recurrir a la terapia o a lecturas que esclarecerán las dudas que albergamos.
Lo importante es que cada emoción conecte con una necesidad y luego con una acción que promueva su satisfacción. Si éstas están alineadas y son tangibles, te llevarán a entender, aceptar y manejar el estrés y la ansiedad que experimentas y podrás sacar un aprendizaje positivo de la experiencia vivida.
Empecemos la escalada emocional. ¡Mucha Suerte!
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