El arte de resurgir de las cenizas

A lo largo de la vida, inevitablemente, vamos a encontrarnos con problemas. Es cómo los afrontamos y logramos resurgir de ellos lo que nos define.

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A lo largo de su vida el ser humano se enfrenta a circunstancias difíciles. Sin embargo, a pesar de que a todos nos toca enfrentar malos momentos y resurgir de ellos, cada persona asimila su realidad de distinta forma; depende de la conciencia, los valores, la autoestima, los conocimientos, las habilidades, las actitudes, las aptitudes o el temperamento.

¿En manos del destino?

Las experiencias adversas o traumáticas suelen marcar nuestra vida. En la existencia estamos expuestos a sucesos adversos de todo tipo; desde la separación de un ser querido hasta la muerte de alguien cercano, hay eventos que nos dejarán en el pecho una sensación de ahogo, dolor, vulnerabilidad e incluso derrota.

No obstante, a pesar del dolor, vivir es también tomar la decisión de resurgir. A esa posibilidad se le conoce como resiliencia; un concepto que esencialmente nos invita a sobreponernos de los golpes; a levantarnos  y a transformarnos. En otras palabras, se trata de esa capacidad de supervivencia que nos permite seguir adelante sin importar el tamaño de las adversidades. 

Ojo, la resiliencia no es sinónimo de  soportar lo que no nos gusta, es más bien la posibilidad de continuar aunque creamos que no se puede, de renacer de las cenizas. Después de todo, el ser humano es moldeable al entorno, por lo tanto, puede adaptarse a la situación que tenga enfrente y no sólo eso, con la ayuda adecuada, puede renacer y no repetir los errores del pasado. 

Guía para sobreponerse de la adversidad

Empezar de nuevo no es fácil para nadie, pero no es imposible. Dentro de nuestro ser hay un motor que nos permite avanzar, incluso si no queremos. Solo tenemos que aprender a comunicarnos con nosotros mismos, y aceptar de una vez por todo lo que somos y lo que no somos. 

Mientras tanto, aquí les dejamos algunos consejos para ser más resilientes; unos pasos a seguir después de la pérdida. 

  • Experimentar y aceptar las emociones: es necesario que no se repriman los sentimientos; que aprendamos a sentirlos y aceptarlos.
  • Comprometerse: responsabilizarnos de nosotros mismos nos puede dar la valentía de buscar opciones y buscar estrategias para avanzar. 
  • Resignificar: tenemos que darle un nuevo sentido a la experiencia. Enfocarnos en los aspectos positivos; como los cambios que hemos tenido después de vivirla. 
  • Plantear objetivos: organizar, crear, dirigir y avanzar, le dará un sentido a la vida.
  • Pedir ayuda: aunque acercarnos a nuestros seres queridos nos brindará una sensación de acompañamiento habrá ocasiones en las que se requiera de un especialista para ser guiados de la mejor manera.

 

Recuerda que hay finales necesarios, para tener nuevos comienzos

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