El chantaje emocional

Escrito por Tere Díaz

Tiempo de lectura: 5 minutos

 

Toma tiempo detectar el peligro que implica caer en las garras del chantaje emocional, que a veces está disfrazado de seducción, así que no te sientas culpable si te tardaste en darte cuenta.

Una persona que usa el chantaje emocional lo que busca es tener el control de la presa, elegida para obtener de ella: dinero, sexo, cuidados, comodidades y demás.

 

Personalidades que hacen chantaje emocional ¡siempre!

1. Narcisistas. Personas con delirios de grandeza y poder que actúan con prepotencia y falta de empatía.

2. Sociópatas o antisociales. Carecen de remordimiento y mienten con frecuencia.

3. Personalidades border o límite. En ellas impera la inmadurez emocional, la dependencia, el miedo y la sensación de vacío. Son muy victimistas y a veces amenazan con el suicidio.

 

¿Qué conductas usa para ejercer su chantaje?

Promesas. “No quiero perderte nunca”, “te querré siempre si te casas conmigo”.

Palabras bonitas. “Me encanta como cocinas porque nadie tiene tu sazón”, “nunca había amado a alguien como a ti”.

“Mejores” propuestas. “Deja el viaje con tus amigas, yo te voy a llevar a cruzar el Atlántico”.

Regalos. “No te puede ver este fin de semana porque estuve buscándote este hermoso reloj”.

Auto castigos. “Si me dejas, me suicido”.

Enojos. “Eres muy tacaña, cuánto te quiere mi mamá y no le llevaste el regalo que te dije” -acompañado de malas palabras, muecas o amenazas-.

Desprecio. “Desde que estudias no te interesas en mí, te sientes muy chingona. Prefiero hablar con mis amigos que contigo. Ellos sí me entienden.”

Castigo del silencio. Te deja de hablar cuando algo de lo que hiciste no le parece.

Actitud defensiva. “Eres tú, no soy yo”.

Actitud evasiva. No da señales de prestar atención cuando le platicas.

 

¿Cuál es el modus operandi del chantajista emocional?

Despliega todas estas estrategias de maltrato psicológico, logrando tocar el inconsciente de su presa, prometiéndoles que van a satisfacer sus más íntimas necesidades, deseos y anhelos, o bien haciéndolas sentir mal –culpables, temerosas, inseguras- si no acceden a sus demandas.

 

Esto no siempre se deja ver desde el inicio, sino que, una vez logrado el vínculo o el enamoramiento, el chantajista empieza el maltrato psicológico, los sueños y promesas dadas se comienzan a evaporar.

 

Señales de alarma para identificarlo

1. Hacer caso a lo que sientes, a pesar de que lo que diga parezca promisorio.

2. Sentir culpa por lo que le pasa con frecuencia.

3. Hacer cosas contrarias a la propia voluntad para que no se enoje o decepcione.

4. Temer permanentemente su reacción y su enojo.

5. Cansancio de tener que explicarle y justificar tus necesidades, deseos y decisiones.

6. Duda constante de que estás en lo correcto o estás equivocada.

7. Demolición emocional por la experiencia de falta de libertad y permanente estado de inquietud.

 

Pasos iniciales para la liberación

1°. – Evaluar si las promesas que hace son irreales o imposibles dadas sus condiciones: “voy a comprar esa casa para tenerte como reina” y no tiene ni trabajo.

2°. – Detectar el zigzag entre la adulación “qué bien que compraste un coche” al desprecio “desde que no usas trasporte público te sientes superior”.

3°. – Rebotarlo con alguien que te conozca y te haya visto en este “ir y venir”, constatando la dinámica chantajista.

4°. – Descubrirlo y aprender a poner límites, para ver si se ajusta a lo que necesitas, quieres y deseas, o bien, no tiene futuro la relación.

  • “Acepto tu regalo, pero no trabajaré contigo”
  • “Entiendo que querías que no fuera, pero no dejaré de ir”
  • Es muy útil la técnica de disco rayado es útil: “No gracias. No quiero”.

Usa frases cortas y difusas, mejor con tono humorístico e irónico.

 

¡Ojo! La única arma del chantajista es la misma persona chantajeada, si te desactivas la estrategia queda totalmente fuera de alcance

 

¿Conoces el resentimiento después de tronar?

 

 

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