Hablemos de las acusaciones de los hijos factureros.
Escrito por Tere Díaz
Tiempo de lectura: 5 minutos
Los padres y las madres no somos perfectos. Dejando fuera algunos casos de crianza francamente negligente, abusiva y violenta, está claro que ningún padre o madre será capaz de satisfacer completamente las necesidades de crianza de sus hijos e hijas.
Los adultos, debemos asumir las virtudes y deficiencias de nuestra crianza y hacernos responsables de lo que falló o nos faltó. Incluso debemos actualizar nuestra relación con nuestros padres desde una postura de autocuidado y compasión, hacia ellos y hacia nosotros. Sin embargo, en algunos casos este tema se convierte en un reproche interminable.
Cómo detectar a un hijo que te pasa factura
Aquí hay algunos rasgos de los hijos que constantemente culparán a sus padres:
- Baja tolerancia a la frustración: Se aburren fácilmente y reaccionan con enojo y pataletas cuando se les niega algo. Suelen empeorar en situaciones públicas.
- Visión egocéntrica: Creen que el mundo gira en torno a ellos, no solo dentro de la familia, sino también con personas desconocidas.
- Falta de empatía: Les cuesta entender los sentimientos de los demás y ponerse en su lugar, lo que se refleja en su relación con otros niños.
- Resistencia a las normas: Se oponen a los límites y los consideran injustos, lo que los lleva a desafiarlos constantemente.
- Baja autoestima: Sienten que no son suficientes ni merecedores.
- Gestión emocional deficiente: No saben entender ni expresar adecuadamente sus emociones.
Este comportamiento puede variar en intensidad y grado, desde culpar ocasionalmente a los padres por ciertas situaciones, hasta culparlos por cada uno de sus actos.
Qué hacer cuando mi hijo me culpa de todo
- Reconoce que tu hijo es demandante y tiende a culparte de todo. No minimices su conducta ni la excuses, ya que eso solo perpetuará el problema.
- Propón una conversación adulta, posiblemente con ayuda de un terapeuta, donde tu hijo pueda expresar sus sentimientos sin agresión ni culpa. Escucha sin ponerte a la defensiva.
- Distingue entre las acciones por las cuales debes asumir responsabilidad y las que no. Acepta tus errores reales y discúlpate si es necesario.
- Establece límites saludables y empieza a delegar responsabilidades que no te corresponden.
- Comunica las medidas que tomarás respecto a su comportamiento y aplícalas gradualmente. No hagas amenazas vacías.
- Trabajen juntos en establecer un nuevo patrón de relación basado en las necesidades de ambos y en la comunicación respetuosa. Esto ayudará a mejorar la relación entre padres e hijos.
En resumen, la crianza es un desafío imperfecto en el que los padres no pueden satisfacer todas las necesidades de sus hijos, pero deben reconocer sus virtudes y deficiencias, asumir la responsabilidad de lo que falló y faltó, y cultivar relaciones basadas en el autocuidado y la compasión. Cuando los hijos culpan constantemente a sus padres, es crucial abordar este comportamiento con empatía y límites saludables, buscando posiblemente la ayuda de un terapeuta. En última instancia, la crianza es un proceso de aprendizaje mutuo que requiere esfuerzo, comunicación respetuosa y la disposición de crecer juntos, y buscar recursos adecuados puede ser esencial en este camino.
Si te preguntas “¿Por qué mi hijo me culpa de todo?” o no sabes qué hacer, te recomendamos leer nuestro artículo sobre Para criar a nuestros hijos bien y bonito o considerar nuestro curso en línea “Hijos sanos, libres y felices”. También, no dudes en buscar ayuda en psicoterapia, como la que ofrece La Montaña.
Conviviendo con un adolescente