De amante a Reina Consorte

En los últimos días, en redes sociales circulan memes y publicaciones de Camila Parker, que la señalan como “la otra” en la relación de los Reyes ingleses. Comentarios que van desde la burla, las risas, hasta el linchamiento público. Lo cierto es que cuando se habla de infidelidad no se puede hablar en términos simplistas de buenos y malos. ¿Conviene ser la amante en una relación?, veamos pues, porque Camila Parker pasó de ser amante a Reina de Inglaterra.

Escrito por Tere Díaz

Tiempo de lectura: 5 minutos

El tercero “en discordia”

Poco se habla de la posición del amante, cuanto más se le nombra con apodos denigrantes y se le embiste con señalamientos acusadores y juicios morales: “esa pu…”, “el pend… aquel”, “la vieja esa”, “claro, la embaucó a ver qué le saca”, “pin… tipa, quién se cree”.

Me referiré aquí al amante que asume ese rol “en solitario”, es decir, sin tener otra pareja –o al menos una pareja significativa y formal- por lo que atribuye a la relación de amantes su apuesta principal. Sin duda hay infidelidades en que ambos involucrados están casados o tienen alguna relación de pareja comprometida; en dichos casos no se consolida un triángulo: de hecho se logra un cierto equilibrio en la relación de amantes en tanto que ambos forman parte de otros espacios de vinculación que les implican tiempo, cuidado y energía.

• La mirada al tercero no como un sujeto,

No como una persona activa en el triángulo amoroso, sino como objeto de uso y/o abuso del “villano” da cuenta de la simplificación que se hace de las experiencias triangulares, del desconocimiento que se tiene de la complejidad del fenómeno y de la primacía que se da a la vida de pareja – particularmente a la matrimonial – sobre cualquier tipo de acuerdo amoroso que se salga de la normatividad.

• La carga moral que se le atribuye al tercero o amante como el causante de “la destrucción” de la pareja, deposita en él o en ella todos los prejuicios –sexuales, económicos, sociales- en relación a la infidelidad. Pero ojo, el tercero es persona también, Camila es una persona, una mujer.

Según los expertos,

las esperanzas para las amantes no son alentadoras, ya que, en un triángulo amoroso, siempre llevan las de perder. La etapa de encantamiento en una relación dura entre dos meses y dos años. Tras eso, los hombres tienden a volver a sus hogares con sus esposas.

¡Pero sí pasa!

Enredarse con un hombre comprometido ya le resta posibilidades de éxito a la relación, cuando no se trata de algo destinado directamente al fracaso. Pero algunas veces funciona. Camila Parker pertenece al 5% de las relaciones extramaritales que, según estadísticas realizadas, terminan en un compromiso formal con todas las de la ley, y aquí sí bien dicho.

Si bien las relaciones triangulares rara vez surgen propositivamente, la terminación de las mismas, con todas las dificultades que representen, sí puede ser una decisión; pocas cosas duelen tanto como perder un buen amor, pero cabe entonces hacerse la pregunta:

¿Esto que estoy viviendo puedo considerarlo un buen amor? Posicionarse como víctima desvalida, lejos de conmover a la pareja a decidirse por el tercero –en caso de que sí contemple la opción– será un detonador de más problemas y de un mayor deterioro de la relación.

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