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Las creencias limitantes son aquellos pensamientos que construimos de nosotros mismos por opiniones externas; como las de nuestra familia en la niñez, de compañeros de escuela o del trabajo, de parejas sentimentales, o incluso de nosotros mismos a través de lo que vemos en las películas o en la televisión.
Estos juicios que hacemos respecto a lo que creemos determinan no sólo cómo actuamos, sino lo que consideramos que no merecemos y hasta lo que deseamos. En este sentido, se trata de creencias que nos condicionan inconscientemente en la toma de decisiones sobre nuestra vida. Ideas que nos limitan, nos impiden arriesgarnos y lograr nuestros objetivos. Estos pensamientos no nos hacen ningún bien, porque nos impiden crecer y lograr lo que queremos. Además de que nos ocasionan malestar emocional como estrés, sufrimiento o depresión por sentirnos estancados e incapaces de poder avanzar.
¿Cuáles son las creencias limitantes?
Dicho lo anterior, y para que empiecen a cambiar la narrativa que tienen de ustedes mismos, aquí les compartimos ocho creencias limitantes que nos afectan en nuestra vida y no nos dejan evolucionar.
No soy suficientemente bueno en lo que hago.
No merezco que me sucedan cosas buenas en la vida.
No tengo la capacidad para lograrlo.
Tengo miedo de atreverme a hacer las cosas por el temor al fracaso.
Me gustaría hacerlo pero nunca tengo tiempo.
No tengo disciplina.
Aunque sea mi sueño, no es para mí.
Ya es demasiado tarde para superarme.
¿Cómo superar las creencias limitantes?
Aprender a manejar las creencias limitantes es un trabajo interno que nos exige, ante todo, resiliencia ya que estas ideas pueden tener raíces en nuestros pensamientos y nos puede parecer imposible sobrevivirlas.
En principio hay que aceptar que no podemos cambiar el pasado. Todo lo que no hicimos, lo que dejamos pasar, y lo que creímos de nosotros mismos ya es parte de nuestra historia. Afortunadamente aunque no podemos regresar el tiempo sí podemos cambiar el aquí y el ahora, por ejemplo dejar de tener pensamientos negativos hacia nosotros, tratarnos con respeto y con amor; sin que nos importe lo que piensen los demás.
Tips para caerte mejor
A continuación les dejamos algunas estrategias para al fin dejar atrás las malas opiniones que tenemos de nosotros mismos.
Escúchate… debemos de ser nuestra prioridad, y una forma de hacerlo es darnos el tiempo para oír lo que queremos, conectar con nuestro cuerpo, mente y respiración, y preguntarnos: ¿qué es lo que quiero? ¿cómo lo puedo lograr? ¿qué es lo que no quiero? ¿qué es lo que me impide lograr mis objetivos?
Asume tu poder…tenemos que dejar atrás el pasado, y dejar el victimismo también para poder empezar una nueva etapa en nuestra vida, en la que seamos nuestra prioridad, sabemos lo que valemos, lo que podemos hacer y el poder que tenemos para lograrlo.
Fíjate de quien te rodeas…Hay que tratar de estar con personas que nos hagan sentir bien para crear vínculos sanos. Lo mejor es alejarnos de esas personas tóxicas que no aportan nada a nuestra vida, no nos dejan avanzar y bloquean nuestros objetivos.
Sal de tu zona de confort…tenemos que abrirnos a los cambios, y dejar de tener miedo a entrar a un territorio desconocido. Abrir una puerta nos permitirá tener nuevas experiencias para crecer en nivel personal y profesional.
El NO ya lo tenemos, ahora vamos por el SÍ…. Podremos pedir un ascenso con la convicción de que lo merecemos por nuestro esfuerzo, o mandar nuestro curriculum al trabajo de nuestros sueños, cambiarnos de residencia, atrevernos a hacer ese viaje que tanto habíamos planeado, darnos el tiempo de hacer alguna actividad que nos guste, etc.
Nunca es tarde para nada… por lo general, a nosotros los humanos la edad nos limita para llevar a cabo algo que queremos, y lamentablemente, esto es más común entre nosotras las mujeres. Sin embargo estamos equivocadas porque la edad no importa y nunca es demasiado tarde. Siempre será una buena idea emprender ese negocio que tanto hemos soñado, intentar cambiarnos de trabajo porque no nos sentimos a gusto, titularnos, estudiar otra carrera, empezar una nueva relación, o de crear una familia. Nuestra edad solo es un número que no nos limita a nada.
Nadie en el mundo hará las cosas por nosotros, y si no actuamos, si no logramos mover el timón de nuestra propia vida seremos nuestros propios enemigos.
Atrévete, y aunque a veces sientas alguna duda, consulta si es necesario y ¡Atraviésala!
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Autora: Margarita Huertas