¿Por qué me tratan mal si lo doy todo?

Los seres humanos somos seres gregarios, es decir, requerimos de los demás y además para sentirnos seguros nos apegamos y creamos vínculos que nos generan una sensación de pertenencia y seguridad. Nuestro sistema de apego consiste en un cúmulo de emociones y conductas que nos impulsan a querer permanecer junto a nuestros seres queridos para que nos proporcionen protección, afecto y seguridad.

Muchas veces, en nuestro afán de ser aceptados o queridos, o de temer el rechazo, ¡lo damos todo!, aún que lo damos todo, queda la suspicacia de que nos tratan mal y surge la pregunta.

¿Por qué me tratan tan mal si lo doy todo?

y aquí te comparto algunas posibilidades por las que pueden resonar contigo:

1. Considera que quizá, das esperando que te lo retribuyan. La otra persona puede pensar que te gusta dar, porque te gusta dar. ¡Y ya está!.

2. Vale la pena que tomes en cuenta, que muchas veces dar sin preguntar, puede hacer que la otra persona se sienta invadida, es mejor preguntar si quiere lo que le estás dando, pero sin preguntar qué necesita, qué quiere. Viene bien acercarte curiosamente a preguntarle dónde está, y si quiere recibir lo que le das.

3. Cuando das incondicionalmente, muchas veces te traicionas a ti, y no es que eso lo necesite ni la persona, ni la relación.

Algo bien importante, dar todo es desconocer que las relaciones sanas son un intercambio, es un dar y un recibir. Cuando solo das, das, das y das, y sigues dando, se quiebra el equilibrio necesario en las relaciones.

Si te pones de tapete te van a pisar y te vas a resentir.

Vivir con la memoria ahogada… ¿Guardas resentimiento?

Bien vale que revises si la razón por la que das de más es porque esa necesidad viene de alguna herida de la infancia.

Si prefieres profundizar en este tema, también puedes hacerlo a través de un proceso de terapia.

Vuélvete tu mejor versión 🚀💪

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