7 errores que harán de tus hijos los mejores ENEMIGOS

Hablemos de los 7 errores que harán de tus hijos los mejores ENEMIGOS

Escrito por: Tere Díaz

Tiempo de lectura: 5 minutos

Si bien no hay una receta que nos asegure que nuestros hijos serán “amigos por siempre”, sí hay claves que nos indican que estamos dirigiéndolos a una irresoluble rivalidad.

Aquí te señalo 7 errores que harán de tus hijos los mejores ENEMIGOS:

1. Compáralos. Encuentra sus puntos débiles y diles que deberían comportarse y lograr lo que uno de sus hermanos ha alcanzado, sin importar que para este haya sido fácil de lograr.

2. Privilégialos. A partir de las comparaciones entre ellos, da premios, halagos, permisos a quién cumple con tus requisitos, e invisibiliza o castiga a los demás.

3. Ten preferencias. Una cosa es identificarte y empatar más con un hijo, y otra es preferirlo y demostrarlo. Planear cosas, contarle lo que no compartes con otros y aliarte con él es un nutrimento explosivo para la rivalidad.

4. Deja que resuelvan solos sus diferencias. No intervengas cuando uno le está pegando, insultando, rechazando o maltratando a otro. Deja que ellos resuelvan “solos” (y si es necesario a golpes) aunque esté en riesgo su integridad física y emocional.

5. Responsabilízalos de lo que no les corresponde. Pon a cargo al más estudioso de que apoye escolarmente a sus hermanos, dile al mayor que se encargue de que los chiquitos se porten bien, pide al más amiguero que invite a su hermanito a todas sus fiestas y reuniones. ¡Verás cómo lo van a “disfrutar”!

6. No les pongas límites. Deja que ellos solos aprendan -y con consecuencias graves- lo que deben y lo que no deben de hacer entre ellos y en la vida.

7. Da ejemplos contradictorios. Diles constantemente que se “amen unos a otros porque son hermanos” y habla mal de los tuyos, atácalos y déjalos de ayudar.

Lo que sí ayuda a nuestros hijos a cuidarse como hermanos

No es necesario que nuestros hijos sean mejores amigos, compartan gustos e intereses y se disfruten con locura para pensar que hemos sido buenos papás. Lo que sí nos corresponde es desarrollar las actitudes que facilitan que nuestros hijos crezcan en un ambiente de tolerancia, cordialidad, respeto y, con suerte, de gran cariño.

Para esto hay que tener en cuenta que es esencial reconocer cuando estamos aplicando las 7 claves para hacerlos enemigos, y revisar qué nos pasa internamente que las usamos para “educarlos”.

Por otro lado, es indispensable distinguir y celebrar las diferencias entre ellos, ya sea por su edad, sus talentos, porque tuvieron suerte, porque eligieron algo; hay que actuar de acuerdo con las características y necesidades de cada uno, facilitando vivan las diferencias como saludables y enriquecedoras, y no como motivo para rivalizar.

¿Es mucho trabajo?

Sí, pero más trabajo será atestiguar batallas campales por falta de ejemplo, consciencia y dirección.

Intervenir en los pleitos, ayudarlos a nombrar sus problemas, a templar sus reacciones y a manejar sus desacuerdos es habilitarlos en la vida para saber negociar. Enseñarles que toda negociación tiene ganancias y renuncias es un aprendizaje fundamental.

Y por último aceptar que el desarrollo de nuestros hijos, y su proceso del egoísmo al altruismo, toma tiempo, energía y supervisión. Por tanto, observar activamente el proceso y señalar, más con los actos que con sermones, lo que es permitido y lo que no, es de suma importancia.

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HIJOS SANOS, CONTENTOS Y LIBRES

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