¿Y CÓMO ES ÉL?. HABLEMOS DE LOS PATANES Y POR QUÉ SON ASÍ.

¿Cómo son los patanes?, ¿Qué es la patanería?, descúbrelo en este artículo.

Escrito por: Tere Díaz

Tiempo de lectura: 5 minutos

La palabra “patán”, en términos generales, se refiere a un hombre que se comporta de manera tosca, ignorante y grosera. Hablar de patanería conlleva una carga de maldad. Un patán es quien, por razones de personalidad, enfermedad mental o abuso del poder que tiene (o de las tres cosas juntas y revueltas), pone en riesgo el bienestar y la integridad física, social, emocional, económica o sexual de su pareja. En ocasiones es intencional y en otras no, pero en ambos casos atenta contra la persona que convive con él.

Con el objetivo de lastimar, un patán agrega maldad y perversión a su conducta; cuando es consciente del abuso y la manipulación, causa mayor dolor y humillación a su pareja. Un patán que aumenta sus comportamientos lastimosos y maltratadores por enfermedad, machismo o ignorancia también perturba física y mentalmente a quien se relaciona.

Aprender a diferenciar actitudes no se trata de ir por la calle discriminando a todos los hombres que conozcamos o de excluir a alguna persona que se vea involucrada en alguna situación conflictiva. Los prejuicios deben estar muy lejos de nosotros.

La patanería no tiene color de piel ni tipo de cabello. No podemos juzgar por la simple apariencia de una persona. Tampoco se trata de rechazar a la primera de cambio a las personas que padecen ciertas enfermedades que, tratadas, pueden tener (y dar) una buena vida.

Lo que sugiero es que te pongas a salvo de los conflictos, acciones, intenciones y abusos del patán, y, de ser necesario, denuncies sus conductas como forma de resistencia al maltrato y a la humillación.

Una palabra, ciertas acciones, algunos silencios y diversas sutiles omisiones pueden, sin que el patán se manche las manos, hacer pedazos a su pareja. Los comportamientos hostiles dañan la estabilidad emocional de la pareja, además de provocar la destrucción física y mental sin que otras personas puedan intervenir.

¿Te ha tocado vivirlo o ver cómo una amiga tuya comienza a tener un cambio radical en su vida de forma negativa a raíz de esto?

Quien agrede generalmente “se engrandece” rebajando a su pareja; la responsabiliza de sus desplantes hirientes y muchas veces oscila entre el encanto y la maldad. Como he dicho, a veces son acciones evidentemente desconsideradas, incluso despiadadas, pero generalmente son las pequeñas e “inofensivas” intervenciones lastimosas sostenidas en el tiempo las que van debilitando la personalidad de su pareja.

Los patanes, a reserva de que estén muy trastornados, saben qué dar y qué quitar, cómo seducir y cuándo lastimar. Son encantadores y al mismo tiempo producen confusión y miedo. La manipulación, el chantaje, la amenaza, la negligencia o la explosión tienden a ser algo que los caracteriza. Quienes se relacionan con ellos con frecuencia se muestran sumisos y adaptables, quizás por el miedo a una nueva agresión, quizás por esta idea de complacer a los demás.

Reconocer a las personas conflictivas o abusivas te ahorrará muchos problemas, mucho tiempo y hasta dinero. Te ayudará a evitarlas y hasta a darles la vuelta.

Todas o casi todas las mujeres nos hemos visto involucradas en alguna relación abusiva. Es un sentimiento que podemos compartir y entender; por eso mismo también sabemos que es difícil transformar ese tipo de interacciones. Si no tenemos opciones y estamos atrapadas en medio de una situación difícil, amigas, es momento de pedir ayuda.

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