Mitos (y verdades) de la no maternidad

Escrito por: Tere Díaz

Tiempo de lectura tres minutos

Todavía abundan las portadas de revista con “panzas al aire” de artistas embarazadas, o los festejos, entre la gente común con juegos, regalos, canapés y fanfarrias para anunciarle al planeta el sexo del bebé. Y qué decir de la propaganda de cientos de productos –cunitas, cochecitos, mecedoras y demás juguetes– para preparar la llegada y darle la bienvenida al futuro crío. A veces pareciara que la sociedad quiere que tengamos hijos, sí o sí.

Parece ser que en pleno siglo XXI el hecho de ser madre es una especie de mandato, un sine qua non para una vida plena y un imperativo social para ser mirada con respeto. En nuestra sociedad se respira la certeza de que sólo la maternidad conquistará una vida plena. En todos lados hay muchos argumentos que pretenden abalar este supuesto llamado de la naturaleza, incluidos los de la abuela, que afirma que su día más feliz fue cuando dio a luz, y hoy su gran alegría es cuidar a los nietos.

 ¿La maternidad es una imposición ?

Sin embargo, este imperativo ha perdido vigencia entre las mujeres más jóvenes, quienes por primera vez se cuestionan y preguntan: ¿realmente quiero ser mamá?, ¿puedo hacerme cargo de la responsabilidad de traer a una persona al mundo?, ¿soy capaz de formar a otra persona?, ¿quiero dedicarme a ello de por vida? Hoy, millones de féminas se hacen estas y otras  preguntas y, aunque son válidas y tienen que ver con las decisiones personales, más de uno se molesta si la respuesta consiste en un contundente no.

Porque, aunque en el último siglo hemos avanzado y derribado muchas barreras en cuestión de género, aún hoy, en la mayoría de los contextos, existe una presión social sobre la posibilidad de ser madres. Para disuadir a las que dudan se crean ideas como que no hacerlo es un error del que la mujer se va a arrepentir con el pasar de los años.

Por otra parte, existe una especie de coro pronatalista según el cual la mayoría de las mujeres que expresan su deseo de no ser madres o postergar su maternidad, se tienen que someter. El efecto ante la elección de transitar un camino de vida diferente las expone a sentencias y descalificaciones.

¿Qué dice la naturaleza?

Somos criaturas de la naturaleza, pero también somos criaturas que desafían la naturaleza. Si bien todos tenemos  derecho a hacer un uso oportuno de la ciencia y la tecnología, como seres sociales que somos –y no solo biológicos–, tenemos derecho a decidir qué es lo mejor para nosotras como mujeres.

El instinto materno, como impulso innato a engendrar, es común en todos los mamíferos. Pero el salto evolutivo que hemos dado como especie también resalta la importancia de lo social, de lo racional, y del momento histórico que estamos viviendo; es por ello que la decisión de ser madre alude hoy más a una convicción que a un instinto.

Algunos mitos y verdades 

Dicho lo anterior, aquí les dejamos tres teorías falsas acerca de la maternidad que nos permitirán entender que lo importante es lo que nosotras queramos, no lo que la sociedad dice que quiere.

  • Mito: A cierta edad las hormonas te piden un hijo.

Realidad: Las hormonas no influyen de ninguna manera en nuestro deseo por convertirnos en madres o en nuestra decisión de no hacerlo.

  • Mito: Las mujeres deben reproducirse para estar completas.

Realidad: Este es solo un mandato cultural que, afortunadamente, cada día pierde más peso.

  • Mito: Si no tienes hijos te va a dar cáncer en la matriz.

Relaidad: No existe evidencia médica que pruebe la incidencia de cáncer cervicouterino en mujeres que no son madres.

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