¿Cómo aliviar mi ansiedad?

Hablemos  de la ansiedad

Escrito por: Tere Díaz

Tiempo de lectura: 2 minutos 

A veces pasa que, sin aviso alguno, nos dan las tres de la mañana y no podemos apagar nuestros pensamientos. Aunque queramos vaciar la mente aparecen, uno a uno, los problemas de la vida, las deudas, las incertidumbres. Es ahí cuando nos damos cuenta que esa madrugada hemos dejado de ser nosotros para convertirnos en los reyes de la ansiedad.

Vivimos en una era de cambios acelerados y de incertidumbre permanente. Las altas exigencias, y diversidad de opciones que ofrece el mundo globalizado nos impone marchas forzadas y estados sostenidos de estrés que terminan por generarnos ansiedad.

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad como emoción es una respuesta automática de anticipación ante alguno o varios estímulos que activan el mecanismo adaptativo de nuestro organismo y lo preparan para “luchar o huir”, es decir para actuar a favor de “la sobrevivencia”. Su objetivo es alertarnos para defendernos de algo o alguien.

Por su parte, la ansiedad como sentimiento es la contestación a estímulos internos como pensamientos, ideas, imágenes que se perciben como amenazantes o peligrosos. El problema es que, aun siendo imaginario, se manifiesta igual.

¿A qué le tenemos miedo?

La ansiedad varía desde una leve aprensión hasta el pánico que impide controlar las funciones corporales. Entre estos dos extremos se encuentran las experiencias de miedo, irritabilidad, agitación, preocupación, impotencia, inseguridad, nerviosismo, tensión, cobardía, terror; todos ellos grados diferentes de una sensación de incertidumbre en cuanto a la propia seguridad.

Asimismo estas emociones, en su estado más puro, están acompañadas de; insomnio, palpitaciones, desvanecimientos, sudoración en las manos, inseguridad, falta de apetito o exceso del mismo, miedos irracionales y quedar pasmados de forma recurrente.

¿Por qué somos ansiosos?

Dicho lo anterior vale la pena preguntarse ¿qué es lo que más teme un ser humano? Aunque la principal respuesta es perder la vida, hay que tomar en cuenta que en la base de todos nuestros instintos está la supervivencia. Esto sucede porque en la vida diaria no siempre tenemos claridad de qué nos angustia, si bien en raras ocasiones nos sentimos amenazados en nuestra subsistencia inmediata, siempre está el temor por nuestra seguridad y certeza a largo término. Cuando estamos ansiosos, lo primero que experimentamos es agitación e inestabilidad; una sensación de que algo malo nos puede pasar.

Existen diferentes perfiles de las personas ansiosas; con esto en mente aquí les dejo tres perfiles que nos pueden orientar en este padecimiento. Como siempre mi proncipal consejo es buscar ayuda profesional que nos permita, con el tiempo econtrar la tranquilidad.

  • La gente muy dependiente –emocional, social o económicamente– se siente ansiosa con frecuencia. La posibilidad de perder a la persona que da esa contención es catastrófico sobre todo si no se han desarrollado los recursos emocionales, sociales o económicos para salir adelante sin ese otro. De ahí la importancia de trabajar en la autonomía y en la seguridad propia.
  • La gente que teme perder el control. Esto lo padecen aquellas personas que necesitan vigilar todo, todo el tiempo: ya sea el dinero, el orden, las rutinas, y obviamente, a los otros. En este caso conocer la herida que las mueve les permitiría entender qué es lo que las hace sentirse fuera de control.
  • La pérdida de la autoestima. Miedo al fracaso, a ser descubierto como alguien sin valor, el temor al rídiculo, a no pertenecer. Esta falta de amor propio impulsa a esta gente a  mostrarse excesivamente competitiva, ya que sufre de una inseguridad extrema.

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Si deseas profundizar y trabajar de manera personal en los puntos señalados anteriormente, puedes consultar con algún especialista del equipo que he formado en Psicoterapia la Montaña al 5545548535 o al 5515570199

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