¿Qué es el arte de la seducción y cómo aprenderlo?

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En la historia de la religión, la seducción siempre ha sido condenada, por ser considerada una estrategia del diablo,  sobre todo la sexual. Sin embargo, más allá de todos tabúes que hay al respecto, este concepto va más allá de creencias viejas. De hecho saber seducir es la posibilidad inadvertida de mejorar la autoestima y nuestras relaciones. 

Lo que todos creen de la seducción

En la literatura del Romanticismo en el siglo XIX, Don Juan Tenorio es el arquetipo del hombre seductor. Ese personaje que tiene muchas conquistas y presume de ellas, es atactivo, y ve a las mujeres como objetos que se ganan o se pierden. 

La sombra de este mujeriego se ha prolongado en el tiempo y ha dejado para el imaginario una idea falsa de lo que significa seducir. Para muchos “conquistar” es un concepto relacionado exclusivamente con el el sexo casual o  “las canas al aire”, pero nada más lejos de la realidad. En realidad, la seducción que es el goce, el juego; la pasión que va más allá de lo fisiológico. 

¿Qué es el arte de la seducción? 

La seducción es totalmente personal. Un escote puede encender el deseo sexual, pero lo que comienza la seducción es un gesto, una mirada, toda esa intención dirigida hacia la persona que nos atrae. Pocas cosas nos generan tanto placer como el de sentir que le atraemos a alguien más, que somos el objeto de deseo del otro, y eso seduce.  

Significa lograr que la persona que nos interesa se fije en nosotros, y que de una u otra forma se vincule con nosotros. Esto significa que por medio de la seducción podemos entrar en la vida de la otra persona, formar parte de su cotidianidad, pensamientos, emociones y de sus futuros deseos.

Seducir no es…

Para definir las reglas de la conquista primero hay que tener claro todo lo que no es. Seducir no es manipular, presionar o engañar a la otra persona para tener relaciones sexuales. No es cambiar al otro para, poco a poco, construir un vínculo. 

Pareja seduciendose

 

¿Cómo podemos seducir? 

Seducir requiere que tengamos una actitud de disposición. Que estemos abiertos a conocer a otra persona siendo nosotros mismos y con la convicción de que el vínculo puede ser el comienzo de una relación duradera. Utilizar nuestros recursos, nuestras herramientas de manera oportuna, efectiva y constructiva. 

El arte de la seducción no es nada fácil, pero todos podemos aprender de él. No importa nuestro físico, tenemos que tener seguridad y confianza en nosotros mismos porque siempre es mejor estar con una persona asertiva, que con una que es tímida y no sabe lo que quiere. 

Cinco estrategias para seducir 

No existe una receta que nos permita convertirnos en seductores inmediatos. Lo que sí tenemos son algunos tips que nos ayudarán a mejorar la forma en la que nos relacionamos, no sólo con los demás sino con nosotros mismos.

 *Al seducir no hay que intentar cambiar a nuestro interlocutor. El “otro” es un sujeto único, y hay que tratarlo como tal; no es un objeto que se exhibe o se presume como un trofeo. 

Poner límites, genera atracción. Seducir no significa que tenemos irnos como gorda en tobogán y aceptar al otro sin condiciones. Por el contrario, debe de existir la libertad de expresar ideas, aunque sean opuestas y los dos tengan que llegar a un acuerdo y se sientan cómodos y contentos.  

 *Hay que mostrar algo de uno mismo. Debe haber un intercambio de habilidades que despierte el interés de la otra persona y que les permita complementarse mutuamente. 

Tener una actitud de víctima mata la seducción. Los mártires producen lástima e incluso enojo, y esto para nada llama la atención de quien nos gusta. 

En una relación de seducción debe de existir incertidumbre para ambas personas. No hay nada menos atractivo que un triunfo seguro o un vínculo obtenido de antemano. Por ello, hay que fomentar cierto misterio que estimule el juego.  En ese sentido, decir todo, mostrar todo, asegurar todo, resultará un poco aburrido. 

 

Personas seduciendose

Los frutos de la seducción

La atracción, fruto de la seducción, no solo es un medio para relacionarnos o para establecer una pareja, sino también es una forma de acercarnos a una vida más plena. Tenemos que confiar en nosotros mismos, ser capaces de compartir buenos momentos con la persona que nos atrae mutuamente. 

Nos podemos abrir las puertas al mundo de la seducción, la atracción, el goce y el placer. 

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Autora: Margarita Huertas

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