No hay recetas mágicas para construir la autoestima, pero sí hay acciones que facilitan su desarrollo. Pero somos una generación con poca voluntad: dejamos de hacer lo que necesario y  nos quejamos por no conseguir lo que queremos. La clave es el desarrollo de la voluntad. La consciencia te lleva a darte cuenta y tomar elecciones adecuadas, pero es con la acción que logras el desarrollo de tus atributos personales, y la experiencia de auto competencia  y autovalía. Para estar satisfecho de quién eres necesitas primero estar satisfecho con lo que haces.

Aquí te propongo tres mecanismos eficaces.

• Diseñar experiencias de vida variadas: planear un viaje, leer un libro, cursar un taller, generar alguna relación. Las experiencias te obligan a salir de tu zona de confort, te perturban y por tanto amplían tu manera de vivirte y mostrarte, te enriquecen. 
• Crear nuevas narraciones sobre ti y sobre el mundo. Este mecanismo privilegia la reflexión: revisa cómo te describes, analiza tu pasado y reacomódalo, genera diversas interpretaciones agregando explicaciones que enriquezcan el cuento que siempre te has dicho de ti mismo. 
• Realizar acciones concretas diferentes: poner límites a otros, pedir lo que necesitas, levantarte temprano, expresar lo que sientes, abrir una cuenta de banco, visitar a alguien, compartir lo que piensas, sacar una cita de terapia, o cambiar tu cama de lugar. 

Todas son conductas de autovalidación. Mover lo que vives, dices o  haces promoverá un movimiento en cualquier punto del “triángulo” de crecimiento. Es imposible lograr autoestima “bien obrar”. Hay que hacer algo diferente. Todo se cura si  la persona madura. Pero el cambio es un proceso, no un evento: una pequeña diferencia introducida en el actuar puede llevarte a un lugar diferente… 

y hablando de lugares diferentes, ¡atrévete a viajar sola!

APRENDE a CONTROLAR tus EMOCIONES ft. Tere Díaz | Infinitos con Martha Higareda